Desafortunadamente, los padres no cumplen con las expectativas de los hijos al 100%, los descendientes invariablemente verán falta en la educación y trato recibidos durante la infancia.
Algunos padres no supieron generar una buena autoestima, criticaron, minimizaron, pelearon frente a los hijos, se divorciaron y simplemente no estuvieron ahí cuando los hijos lo requirieron. Serán juzgados por sus errores obvios.
Otros padres que SI tomaron el tiempo para cuestionar la forma de educar, influenciar y amar a sus hijos, también serán juzgados, pues habrá algo que faltó o el hijo necesitaba que ni cuenta se dieron.
El juicio como desprendimiento de los hijos
Es parte del ciclo de la vida independizarnos de los padres, en un principio como hijos buscamos la aprobación, el cariño y atención de los padres.
La madre, durante los primeros años de vida, es hermosa e inteligente, el papá el más trabajador. Idolatrar a los padres se da siempre en esta etapa independientemente de la calidad del rol desempeñado.
Al llegar la adolescencia los hijos se rebelan como forma de emancipación y formación de identidad propia, sucederá sin importar la calidad de vida y /o el trato recibido durante la infancia.
El cómo lo harán si está en función de las experiencias vividas.
Por ejemplo, si el adolescente percibe a la familia como un lugar seguro dónde estar, se rebelará retando las reglas y los valores de casa, pero tendrá la capacidad de discernir lo positivo de lo negativo pudiendo decir NO a circunstancias peligrosas, su deseo de pertenencia a un grupo no es tan grande que pueda inducirlo a las drogas.
Por ejemplo; Carlos de 15 años viene de una familia de padre alcohólico, su madre sustenta la casa y prácticamente Carlos se ha hecho cargo de sus hermanos menores. Carlos se rebelará contra sus padres probablemente repitiendo el patrón del padre, bebiendo en exceso para librarse de las responsabilidades asumidas como cuidador de sus hermanos.
Su rebelión estará encaminada a enviar mensajes poco efectivos de castigo a los padres y de emancipación basada en su autodestrucción.
Al abandonar el seno familiar, algunos hijos deciden nunca regresar por las experiencias vividas, manteniendo rencor, soledad, sentimientos de abandono que no desean repetir.
Incluso los hijos que vivieron experiencias normales resienten ciertos aspectos de los padres.
El rencor hacia tus padres atrapa tu ser
El problema reside cuando en la adultez el resentimiento hacia los padres impide ser libres en el presente. Debatiéndonos entre quererlos, olvidarlos, castigarlos o negarlos.
No escogemos a los padres, venimos de ellos nos guste o no. Pelearnos con el origen no cambia la procedencia. ¿Qué necesitas para asimilar tus orígenes? Parte de tu identidad está constituida en este origen en el principio de tu existencia.
Identidad = cómo somos = auto percepción
Negar los orígenes es negar quiénes somos. No se trata de felicitar a los padres por su labor si consideramos que causaron mucho daño, la reparación y reconciliación con los padres es para nuestro bienestar. Gracias a ellos somos quiénes somos tanto si tomaste el ejemplo de ellos o decidiste ser su antítesis.
Por ejemplo:
Si sobreviviste a un ambiente familiar hostil, desarrollaste fortaleza y convicción, cualidades positivas en el presente para lograr el éxito. Aprendiste a ser fuerte a la mal, pero aprendiste.
Deja ir tus resentimientos de lo que pudo haber sido, el eterno preguntar ¿por qué no lo tuve? ¿Qué hice para merecerlo? , a veces no existen respuestas, y seguramente ninguna será satisfactoria.
Pasos para una liberación emocional
1.- Enlista tus cualidades. Contesta de dónde proviene cada una ¿son innatas o adquiridas?
¿Cuáles asimilaste en tu familia de origen?
Notarás que la mayoría fueron aprendidas en la infancia, algunas copiadas de tus padres, y otras como antítesis de ellos. Tal vez juraste que nunca serías como tu padre y éste juramento hace que hoy hayas desarrollado cualidades positivas.
La influencia está ahí ¿la percibes? ¿te das cuenta?
2.- Cuenta una historia diferente.
Piensa si tuvieras un hijo o si ya lo tienes, que historias positivas puedes contar sobre tu infancia y padres. Esos padres hoy son sus abuelos, rescata lo bueno y cuéntalo.
3.- Escribe una carta a tus padres en la cual admites y agradeces que hicieron su mejor esfuerzo a su manera y con el conocimiento que cada uno tenía. Y prometes no repetir sus errores con tus hijos. Los perdonas por el daño causado y deseas su bien.
La carta la lees en voz alta (tu solo) y después quémala. Este ritual liberará las emociones negativas hacia tus progenitores, sentirás la vida más ligera y aumentará tu energía.
4.- Repara las secuelas de tu infancia. Si tienes baja autoestima, eres tímido, sientes que no perteneces, no sabes amar, son problemáticas tus relaciones interpersonales, probablemente se deben a carencias de tu pasado. Tienes dos opciones la primera culpar a tus padres eternamente o la segunda tomar las riendas de tu vida resolviendo y subsanando carencias y traumas.
Enlista tus carencias y decide cómo las resolverás: acude a terapia, únete a un grupo de ayuda, lee literatura de auto-ayuda, prepárate para tener la vida que deseas.
Hoy como adulto tienes el control de tu vida ¿deseas que el pasado te persiga por siempre? ¿Negarás tus orígenes eternamente como una venganza que no te lleva a la sanación?
Honra a tus padres, haz las paces con quién eres, libérate seguir con tu vida, enfócate en lo que sí tienes y quieres, en lo que deseas transmitir a tus hijos.
Suelta lo que no fue como querías, ve lo que eres y cómo ellos influyeron positiva o negativamente para formar tu identidad actual.
Los padres escriben una parte de nuestra historia, el resto la escribimos nosotros. ¿Cuál será tu historia de hoy en adelante?
Gracias por escribir sobre éste tema. Aveces creo que me conoces y sabes lo que me pasa. =D
Las dolencias del alma son parecidas en los seres humanos, saludos Blanca
Me pasa lo mismo. Voy a terapias semanalmente y siento que no adelanto un paso. Que puedo hacer? Siento rencor , pero tambien siento remordimientos.
Si la terapia no ha tenido avance, sugiero cambiar de enfoque y de terapeuta, saludos Blanca
Hermosísimo me encantó! Para mi es completo, conciso, claro… gracias infinitas.
Cierto los padres solo escriben una parte d nuestra historia,el resto la escribimos cada uno d nosotros. No podemos culparlos eternamente por las malas decisiones k tomamos diariamente, debemos responsabilizanos x lo k hacemos o dejamos d hacer,por lo k decimos y pensamos. No creo k en la frase Infancia=a destino. Por eso Dios nos regaló el libre albedrío…